QUE HACE RUIDO

Un silencio

SOMOS FUNDAP

Desarrollo con dignidad

VISIÓN

Erradicar la pobreza en Guatemala mediante estrategias sustentadas sobre valores de equidad, honestidad, libertad, excelencia, respeto a la dignidad y democracia.

MISIÓN

Somos una Fundación privada voluntaria que busca promover el desarrollo de los sectores de menores ingresos de la República de Guatemala, especialmente de los habitantes del área rural de las regiones del altiplano central, nor y sur occidente del país, por medio de proyectos innovadores que evitando el paternalismo, garanticen una mejora consistente en la calidad de vida. Todo bajo un marco de desarrollo sostenible con absoluto respeto a la dignidad humana, cultura y tradiciones.

HISTORIA

FUNDAP basa su acción en el lema “Desarrollo con Dignidad”, en el cual engloba el respeto a la persona humana, su cultura y tradiciones; participando activamente en el combate a la pobreza.

ESTRUCTURA ORGANIZACIONAL

FUNDAP trabaja entorno a seis avenidas estratégicas que son apoyadas por varias unidades, conformando un sistema global que vela por el cumplimiento de su lema «Desarrollo con dignidad».

ORGANIGRAMA INSTITUCIONAL

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JUNTA DIRECTIVA

Presidente
Francisco Roberto Gutiérrez Martínez

Vicepresidente
Jorge Arturo Gándara Gaborit

Secretario
Eunice Cecilia Martínez de Alvarado

Tesorero
Julio Romeo Bagur Cifuentes

Vocal
Santos Rosales Angel

MIEMBROS FUNDADORES

Rodolfo Paiz Andrade
Jaime Camhi Cappon

COMITÉ DE COORDINACIÓN Y ADMINISTRACIÓN

 

Jorge Arturo Gándara Gaborit
Director Ejecutivo y Gerente Programa Microcrédito

Julio Romeo Bagur Cifuentes
Contralor General

Eunice Cecilia Martínez de Alvarado
Gerente Programas Educación y Salud

Santos Rosales Angel
Gerente Programas AFAA

Nancy Vanessa Elías Guzmán
Sub Gerente Programa Microcrédito

Elsa Raquel Rivera López
Sub Gerente Programas AFAA

Angela Cristina Maldonado Rodríguez
Coordinador Gestión del Talento Humano

Raúl Ovalle Daródes
Auditor Interno

DESAFÍOS INSTITUCIONALES GLOBALES

Desafíos Institucionales Globales

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SOCIOS COOPERANTES

A lo largo de sus 40 años de existencia, FUNDAP ha contado con la colaboración de más de 120 socios cooperantes, quienes han participado activamente en la ejecución de los proyectos.

CARTAS ANUALES

Roberto Gutiérrez. Presidente de FUNDAP

Carta del presidente

POR: FRANCISCO ROBERTO GUTIÉRREZ MARTÍNEZ, MAYO DE 2023

FUNDAP continúa su servicio gracias a un equipo humano comprometido y altamente preparado.

Jorge Arturo Gándara. Director de FUNDAP

Carta del director ejecutivo

POR: JORGE ARTURO GÁNDARA GABORIT, MAYO DE 2023

¿Cuáles son las características que tiene FUNDAP y que si no las tuviera no sería FUNDAP?

CARTA DEL PRESIDENTE

Ing. Roberto Gutiérrez

FUNDAP continúa su servicio gracias a un equipo humano comprometido y altamente preparado.

Uno de los problemas sociales más apremiantes y preocupantes que sufre nuestro país es la creciente emigración de nuestros conciudadanos; hoy cerca de un 10% de la población de Guatemala ha emigrado. Aunque sabemos que este es un fenómeno que ha acompañado a la humanidad desde los más remotos tiempos, -como veremos a continuación-, la emigración es un derecho humano que por tanto debe ser facilitado en condiciones adecuadas, sean éstas causadas por decisión personal (búsqueda de mejores oportunidades en otros lares) u obligadas por causas de la naturaleza, por pobreza, por inseguridad o por persecución política.

Fue hace 2 millones de años que los primeros homínidos salieron de África, con lo que se realizó la primera migración de la historia humana. En esa ocasión el viaje fue hacia Asia. Un millón de años más tarde se dio la siguiente gran migración, esta vez a Europa. Y la última de las migraciones se dio hace medio millón de años, migración de la que procedemos todos los habitantes actuales del planeta.

Es importante destacar que las migraciones de los primeros humanos no fueron voluntarias ni conscientes, sino causadas por cambios climáticos y ambientales, lo que se sigue produciendo hasta nuestros días. Hoy, como ayer, buena parte de la migración es causada por fenómenos que llamamos naturales, por la entropía que hace aumentar el desorden y degradación natural, provocando terremotos, inundaciones, deslaves; los que como consecuencia causan pérdidas de los bienes (pocos o muchos) que las personas poseen, empobreciendo aún más a familias que pasan al lamentable estado de miseria. Claro está que las emigraciones de hoy día son también causadas por otros factores, entre ellos la inseguridad, la persecución política y, por supuesto, la ilusión de encontrar mejores oportunidades de ingresos en lugares lejanos a su natal terruño.

Una de las causas de migración que más se aduce es la económica, producto del desbalance provocado por la gran demanda de mano de obra en los Estados Unidos de América -la economía más grande del mundo-; que contrasta con la de nuestro país -Guatemala- en donde la empleabilidad es insuficiente e incomparable en términos económicos (en los EE.UU., pagan hasta US$ 15.00 equivalentes a Q120.00 por hora; versus Q10.00- Q12.00 por hora en nuestro país). De esta manera, es casi imposible frenar la emigración ante atractivo tan grande. Por ello seguirá aumentando el número de guatemaltecos en los EE.UU., que ya supera los tres millones.

El abandono del hogar, el cambio cultural y los problemas de ello derivados están causando descomposición familiar. La mayoría de emigrantes son jóvenes del área rural, espacio territorial en el que vive un 42% de la población guatemalteca, concentrada en miles de pequeñas comunidades ubicadas en lugares de difícil acceso, terrenos cada vez más reducidos (por la subdivisión derivada de herencias), y sin servicios que permitan vislumbrar futuros halagüeños. Lo anterior, sumado a la información que estos jóvenes reciben por las redes sociales de conocidos, anunciando que han “triunfado” económicamente en el norte, hace que el emigrar sea la principal atracción. En encuestas realizadas recientemente se informa que más del 60% de los jóvenes guatemaltecos de la provincia aspiran a abandonar el país.

Por estas razones, y para frenar la intención -o necesidad- de emigrar, es que FUNDAP implementa programas que buscan generar oportunidades de ingresos a las familias de personas de menores ingresos.

La Fundación facilita a jóvenes, hombres y mujeres, una serie de oportunidades para aprender oficios que les permitan inserción laboral o iniciar su propio negocio en campos muy variados y acordes a los intereses de la persona. Todo ello se realiza a través de cursos cortos que se dictan en instalaciones de la Fundación (en varios departamentos del occidente del país), o suministrados en el lugar de vida de los usuarios.

No hay duda que el antídoto más potente para disminuir la migración es generar oportunidades de trabajo; y la fórmula es que los propios interesados moneticen su actividad iniciando su propio negocio. Para ello FUNDAP les provee de las herramientas de conocimiento técnico y de empresarialidad para iniciar su empresa o, si es el caso, insertarse laboralmente en una ya constituida.

Hoy las experiencias positivas se cuentan por miles; por ello FUNDAP continúa su servicio sustentándolo con las capacidades de un equipo humano comprometido y altamente preparado para hacer el “Desarrollo con dignidad”, lema que rige la actuación institucional.

CARTA DEL DIRECTOR EJECUTIVO

Ing. Jorge Gándara

¿Cuáles son las características que tiene FUNDAP y que si no las tuviera no sería FUNDAP?

Hace unas semanas escuché una canción que coincide con la idea que quiero transmitir en esta carta. Parte de la letra de la canción decía: “Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar. Una camisa, un pantalón vaquero, y una canción ¿Dónde irá?, ¿Dónde irá?” (Canción de José Luis Perales – Un velero llamado Libertad). Si hace 40 años me hubieran preguntado ¿Hacia dónde va FUNDAP?, no hubiera tenido el alcance para responder acertadamente, porque en ese entonces no teníamos resultados que mostrar.

Lo que puedo intentar exponer con el paso de los años no es hacia dónde vamos, sino más bien expresar quiénes somos, aunque cabe decir de entrada que no me alcanzarían las palabras. He ahí la respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son las características que tiene FUNDAP y que si no las tuviera no sería FUNDAP? A continuación, expreso lo que he recogido de un ejercicio que hicimos con un grupo de colaboradores, quienes con sus ideas dieron vida al presente editorial.

Una sola familia, un solo corazón: somos personas

Queriendo cambiar al mundo con pequeños pasos, acciones que hacen la diferencia. Para FUNDAP todo ser humano es valioso. Con ese afán de valorar la vida y el trabajo, la Fundación brinda oportunidades para erradicar la pobreza, buscando el bienestar de los más necesitados. Es aquí donde encaja la primera característica: ¿Qué hacer por los demás? Y para ello, pensamos que FUNDAP se crea como un espacio para poner al “servicio” de los demás cualidades humanas y profesionales.

Hoy en día es muy importante, para cada uno de nosotros y para las organizaciones, decir quiénes somos, conocer nuestras raíces. Pienso que de FUNDAP podemos decir que es una gran familia con un solo corazón. Pero la Fundación va más allá de toda una infraestructura, la organización -esta gran familia- está conformada por muchas personas que juntas desarrollan tareas nobles, entre ellas, socios cooperantes, colaboradores y beneficiarios de los distintos proyectos. Sin embargo, todo comenzó con dos grandes empresarios -y grandes personas- preocupados por el desarrollo de Guatemala, don Rodolfo Paiz y don Jaime Camhi, quienes fueron los fundadores que inyectaron ilusión a otros empresarios -entre ellos nuestro presidente don Roberto Gutiérrez-, permitiendo sentar las bases de lo que hoy es FUNDAP.

Al hablar de personas también se debe hablar de dignidad. El espíritu de la Fundación ha quedado plasmado en nuestro lema: “Desarrollo con Dignidad”, y es acá donde quiero resaltar que, si hay algo que distingue a FUNDAP, es que cada persona que tiene contacto con la Fundación, se lleva la satisfacción de haber sido tratada con cariño, simpatía y especialmente con respeto. Estas no son solo palabras bonitas, ya que se procura que ese trato se mantenga desde nuestros socios cooperantes hasta aquella persona que cuida la puerta de nuestra institución y que procura hacer un trabajo honesto para ganarse la vida; y por supuesto, también el trato se extiende a cada beneficiario que es nuestro motor, nuestra inspiración para poder planificar y ejecutar proyectos en función de su desarrollo.

Se suele hablar de líderes famosos, que han participado en grandes acontecimientos de la historia; sin embargo, y sin ir tan lejos, existen líderes en nuestros propios pueblos, líderes en nuestras familias, que con pequeñas acciones nos dan ejemplo de que las metas se pueden lograr y se pueden cambiar las cosas, como FUNDAP, que es ‘un silencio que hace ruido’.

Transformar la sociedad desde dentro: el trabajo bien hecho y bien terminado

Con los años FUNDAP ha crecido, en cantidad de personas, de trabajo, y en bienes intangibles como la experiencia y el servicio. Para hacer lo que hace FUNDAP, insisto, se han necesitado personas, colaboradores competentes que estén convencidos de lo que hacemos, y por ello estamos comprometidos con ellos y estamos dispuestos a hacer grandes esfuerzos para formarles humana y profesionalmente, de tal manera que no solo la Fundación se ve beneficiada, sino también ellos mismos, convirtiéndose en actores esenciales de su propio desarrollo.

Es por eso que la Fundación cuenta con colaboradores que trabajan intensamente, y que sin duda cada uno pone un granito de arena, pero que son importantes para realizar un trabajo bien hecho y bien terminado. Esos granitos de arena vale la pena mencionarlos: compromiso, trabajo en equipo, inclusión, calidez humana, sentido humanitario, justicia y un sano sentido del humor.

Aprovecho para agradecer el trabajo que cada día hacen las personas que trabajan en la institución, especialmente a aquellos que se han dedicado a la Fundación una cantidad de años que no alcanzan los dedos de la mano para contarlos. Sin cada uno de ellos no es posible llegar a tantos beneficiarios que nos necesitan -no porque seamos indispensables, sino porque les damos las herramientas necesarias para que vuelen alto-.

Al mismo tiempo, también quiero agradecer a los beneficiarios que nos han recibido con los brazos abiertos; como dije anteriormente, son nuestra fuerza vital, dan sentido a cada proyecto formulado y son quienes han despertado en nosotros ese sentido de humanidad y responsabilidad. También son la fuerza e inspiración para que seamos capaces de transformar nuestra sociedad, para que esta mejore, se desarrolle justa e inclusivamente, y seamos los autores de nuestra propia historia, autores del bien común.

Todo este trabajo no sería posible sin la confianza que depositan en nosotros nuestros socios cooperantes, que no solo nos ayudan con medios económicos, sino también se consideran parte intrínseca de lo que hacemos y por ello nos brindan sus consejos, sus experiencias con otras organizaciones que nos enriquecen, pero sobre todo, son nuestros amigos, que como la palabra lo indica, están a nuestro lado en esta maravillosa aventura.

Es por eso que no me cabe la menor duda, FUNDAP procura hacer las cosas bien, y eso solo es eco de lo que nuestros socios cooperantes y beneficiarios manifiestan: “FUNDAP lo hace muy bien”. Y para hacerlo bien, nuestros colaboradores son fundamentales. Es por ello por lo que debemos estar conscientes que este solo es el inicio de un cuento con un final abierto, que aún queda ancho el camino por recorrer y hay que velar por la continuidad.

Un bien intangible: el servicio

Más allá de números y metas, quiero afirmar que nuestro trabajo se basa en el Servicio, -con mayúscula-. Algunas veces desconocemos la trascendencia que nuestro trabajo tiene. Una acción buena que hagamos tiene una incidencia positiva en otras personas, cuyo resultado final desconoceremos. Pero, si en algo debo hacer énfasis, es que no solo trabajamos por trabajar, sino también servimos a personas, familias, niños y niñas. El servicio es un acto propio del ser humano, en donde no solo ofrecemos cualidades profesionales, sino también cualidades humanas, con cariño, con amor por las personas y por lo que hacemos; insisto, todo basado en nuestro lema ‘Un silencio que hace ruido’.

Quisiera que nos demos cuenta de esto, pues FUNDAP es una institución joven, con años por delante y que todo lo que hacemos es solo el inicio: el inicio con un final abierto -decía anteriormente en este editorial-, porque los que vienen detrás continuarán dando respuesta de hacia dónde va FUNDAP (menuda tarea), pero mantengamos presente y en alto lo que nos distingue como FUNDAP. Les copio una frase de G.K. Chesterton: “La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”. FUNDAP ya no es pequeña, ya creció, espero que nos demos cuenta. No tengamos miedo a seguir haciendo el bien tomando decisiones que implican un compromiso -muchas veces personal, porque lo asumimos como nuestro Proyecto de Vida- y realizar con ilusión todas las tareas que tenemos entre manos, para acabarlas lo mejor posible, para hacer de ellas un servicio de Calidad hacia los demás que están a nuestro alrededor.

FUNDAP, respetando las diferentes formas de pensar, llega a cada rincón del sur occidente del país, llevando la posibilidad de poder empoderar a toda persona que tenga la voluntad de mejorar su condición de vida, de ser un mejor ciudadano, de ser un mejor padre, madre, hermano o hijo, y sustentar con un oficio digno a una familia. Con esto no se busca una dependencia hacia la misma Fundación, sino la responsabilidad de crear un mundo mejor, aprendiendo, o por qué no decirlo, creando proyectos innovadores, proyectos sustentables, para que cada hombre y mujer se sienta útil en la sociedad.

Guatemala, el país de “la eterna primavera”, lleno de riquezas naturales, pero sobre todo de la belleza que tiene cada corazón guatemalteco. Si bien es cierto que es uno de los países con mayores tasas en desnutrición, analfabetismo y delincuencia, pero a pesar de estos focos rojos, nuestro país está lleno de personas cálidas, que desean hacer un cambio en nuestra sociedad y por lo tanto luchan cada día por sacar adelante a sus familias, quizás muchas veces con grandes carencias y falta de oportunidades. Aquí es donde entra la respuesta de la Fundación.

FUNDAP, una institución líder que tiene pasión por lo que hace, con entrega, compromiso, que proyecta confianza, credibilidad que nos abre muchas puertas con nuestros amigos donantes, que respeta tanto a las personas como a la naturaleza.

Un sueño hecho realidad para muchos beneficiarios, no solo para los que tuvieron la valentía de iniciar con este proyecto, sino también para las personas que hemos tenido la oportunidad de trabajar en esta institución.