Danny Ramos es un colaborador muy participativo desde hace ya 15 años. Nos cuenta que el trabajo que ha realizado superó completamente sus expectativas iniciales, ya que ha sido una labor muy noble.
Los retos son para crecer y, en medio de las situaciones más difíciles, el saber para quienes se trabaja ha servido como fortaleza para que Danny siga adelante, mostrando su compromiso con la Fundación.
Formar grupos de mujeres para que alcancen una visión empresarial es de las acciones que más llenan de satisfacción a Danny; el acompañarlas, para que ellas descubran el potencial que llevan dentro, hace que cada día sea una motivación para seguir. Pero además, también destaca lo bonito de llevar ese desarrollo a comunidades que han tenido muy pocas oportunidades de atención en cualquier sentido, pero se ha llegado a motivarlas y ellas han respondido satisfactoriamente.
El trabajo realizado en FUNDAP ha sido determinante para el desarrollo familiar. Danny nos comparte que, profesionalmente, sus hijos están encaminados hacia un trabajo de desarrollo y servicio, y eso se ha conseguido por el ejemplo de esfuerzo diario.
El impacto más grande que nos comparte Danny es el poder regresar a las comunidades y ver que las personas con las que en un tiempo se trabajó ya no son las mismas, ya que demuestran un gran crecimiento y evolución.
Trabajar con amor es lo que hace la diferencia en todo; FUNDAP es desarrollo y ese pensamiento debe de prevalecer cada día.
